jueves, 11 de noviembre de 2010

Marcelino Camacho en la Universidad

1 comentario:

  1. En las fechas de esta foto, Marcelino vino a mi facultad, Filosofía y Letras. Se convocó una asamblea para recibirle y el obrero represaliado de Perkins soltó un rollo de la leche. La policía amenizó el acto con una golosa ensalada de hostias. Una paradoja habitual en el celtibérico show del franquismo. La estafa de la democracia - ¡Qué ironía. Gracias Marcelino! - ha brindado el último honor: la pensión del obrero modelo, sumada a la de su compañera Josefina, se concreta en unos modestos 1.500 euros. La democracia no le ha dado a Camacho ni para cambiar de casa, un cuarto piso sin ascensor. Cosas de haber nacido honrado.

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